Hablemos de bruxismo
Desde
hace algunos años vemos con más frecuencia en nuestras consultas a
pacientes que acuden con desgaste en el esmalte de los dientes y
además refieren molestias como dolor
de cabeza y
de los músculos
de
la mandíbula,
el cuello
y
el oído,
así como cefaleas y sensibilidad dental. Estos malestares les hacen
ir a otros especialistas primero como el otorrino, el traumatólogo y
hasta el neurólogo, que una vez realizado un examen los remiten al
odontólogo, pues precisamente estamos hablando de una actividad
anormal que realizan los músculos de la masticación, a la cual
denominamos bruxismo.
El
bruxismo
se produce de forma inconsciente y suele ser más frecuente durante
la noche. Pueden darse dos tipos:
el bruxismo céntrico, que es cuando se aprientan
los dientes, y el bruxismo excéntrico, que reconocemos por el
rechinar de los dientes.
Este
hábito lo encontramos por igual en hombres, mujeres, adultos y
niños, sufriéndolo entre un 10 y un 20% de la población. El estrés
y la ansiedad suelen estar muy relacionados con su aparición. Los
dentistas podemos diagnosticarlo gracias al interrogatorio al
paciente y la observación del desgaste del esmalte y la dentina.
Cada
paciente lo sufre de manera particular o diferente en dependencia de
cuan fuerte aprieta o rechina sus dientes, si tiene o no desalineados
los dientes, su postura al dormir, la capacidad de relajarse, su
dieta y hasta una posible parasitosis intestinal.
Aunque
la mayoría de los casos ocurren de noche, durante el sueño, también
encontramos casos diurnos realizados inconscientemente cuando estamos
haciendo alguna actividad que requiere toda nuestra concentración,
como cuando estamos conduciendo un coche. Suele pasarnos que en ese
momento si nos damos cuenta abrimos la boca para tratar de
descontracturarla por la fuerte presión que estamos haciendo sobre
la mandíbula, que puede irradiar el dolor hasta el oído. Si se
siente familiarizado con esta experiencia, le recomendamos que acuda
a su dentista, ya que es un bruxista.
Muchas
veces los padres o los abuelos nos traen a niños que rechinan los
dientes durante el sueño. También nos vienen adultos que su pareja
es quien se lo ha comentado y detectado. El paso de venir al dentista
es el correcto, porque esa persona es bruxista.
Según
el grado de afectación podemos encontrar tres tipos de bruxismo:
- Grado I: Aparece y se desvanece por sí solo en un corto período de tiempo. Puede estar condicionado a factores locales dentro de la boca, que al ser detectados y eliminados con prontitud permiten su prevención.
- Grado II: En este grado la ansiedad ya se encuentra presente, la presentación es inconsciente para el paciente y desaparece cuando el sujeto lo vuelve consciente, en esta etapa pueden encontrarse presente lesiones en las estructuras dentofaciales por lo que se requiere de un tratamiento integral para asegurar su eliminación.
- Grado III: La reproducción es constante hasta dentro del entorno familiar y social por incorporación del paciente. La presentación es excesiva e irresistible para el sujeto que la padece aun siendo consciente. Las lesiones en las estructuras dentofaciales son de considerable magnitud y en algunos casos las lesiones son permanentes, por lo que se requiere de mayor atención y dedicación en el desarrollo de técnicas por parte del dentista que las implementa.
¿Qué
solución tiene el bruxismo?
Según
la lesión dentaria y la afección muscular, vamos a encontrar
solución al bruxismo. En muchos casos se recomienda el uso de una
férula de descarga para impedir la lesión permanente y la afección
de los dientes. Según el grado de bruxismo y el momento de su
presentación, podemos indicar el uso de la misma de manera diurna o
nocturna, y pueden ser confeccionadas en acrílico o en un material
más liviano como es la silicona. Esta solución al bruxismo no lo
elimina pero sí reduce la fuerza de contacto entre los dientes y la
tensión de los músculos masticatorios.
Cuando la afección dentaria es
significativa procedemos a la restauración de los dientes con
empastes de composites o fundas de porcelana. Si el habito mantenido
ha afectado la ATM (articulación temporo mandibular) se proceden a
hacer varios tratamientos de la misma organizados por el especialista
en Cirugía Maxilofacial.
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